Aventura

Literatura, naturaleza y emoción.

martes, 9 de febrero de 2016

De "Fábulas para animales como usted" 6: Alacrán.

Alacrán

Era el jefe. Nadie se atrevía a desafiar su severidad. (La oscuridad interior no encontraba su luz). Cuando era observado, obligaba con su mirada a un acto, a un desvío, a un alejamiento. Se resguardaba con inflexibles silencios. No hablaba. Contenía su sentido. Decían que vivía solo y triste. Decían que ni su familia lo aguantaba. Los viejos que lo vieron crecer decían que su papá tenía la culpa, que le pegaba mucho, que lo crió sin llanto. Hazte hombre.

Una mente amarga se remedia con dulzura. (Recibir cariño y palabras cuerdas es inevitablemente efectivo, aun en caso de porfiados como éste). Es peligroso desconectar el corazón de la mente, porque se inicia una fea caída hacia los abismos desérticos de la muerte.

En cada persona existe el vínculo sensible con los demás. Esa delicadeza era un rumor insistente que le molestaba. No lo aceptaba. Se refugiaba en un murmullo reverberante para mantener su dureza. Él no iba a ser quebrantado: ni su alma ni su coraza serían alcanzados por sensiblerías. Los empleados callaban al verlo cerca. Lo detestaban. Le habían perdido el respeto al viejo, que criticaba sin encontrar nada bueno en ellos.

Sin dicha alrededor, el odio alimentaba su veneno. De tanto rabiar con su voluntad mañosa, una noche se hirió mortalmente. Fue inesperado.

Una persona inteligente no se rebaja a tomar malas decisiones.

Una voz le dijo:
- Te duele el alma.

En su agonía, tuvo visiones de un desierto, de un acantilado y de tierra que se cubría de flores, de vegetación y de agua, signos unívocos de que se está nuevamente conectado con la vida. Parecían transcurrir varios días; si era allá o acá, no discernía.

Una voz anunció:
- Volverás. Te dolerá el rescate de tu cuerpo. Despertarás. Dejarán de odiarte. Llorarás. Terminará tu desolación. Tendrás paz. Serás una criatura viva auténtica.

Se oía el llamado de la vida por toda la historia de un hombre que abre los ojos recién, preguntándose si ha vuelto o si continúa viajando por las dimensiones de sus posibilidades.

Los empleados le enviaron flores. Entendió que no eran para su funeral. Se rio de sí mismo. Cuando volvió al trabajo, sonrió cada vez que pudo, cumpliéndose la promesa de una vida mejor que empezaría a promover en todos los rincones donde habitara un corazón humano, empezando por el suyo.

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