Aventura

Literatura, naturaleza y emoción.

domingo, 26 de febrero de 2017

En cámara lenta.


En cámara lenta


Cuando Ardio imagina su vida, la ve como en las películas, a veces como en los libros, porque no le gusta leer mucho. Tiene adicción a las películas. Empieza por la mañana levantándose como en las películas, como si las cámaras enfocaran la belleza de cada gesto que hace. Se levanta y hasta el movimiento del cobertor lo hace lentamente. Cada detalle cuenta. Sigue la ducha. Esconde esa barriga de sus veintinueve años. Se echa desodorante como en los comerciales, también perfume. Se viste guiñando un ojo al espejo. Se viste como caballero. Toma desayuno con jugo de naranja y tostadas. Se lava los dientes. Allí se mira por última vez. Ardio se ve al fondo de la multitud caminando por la ciudad. Hay una visión general de una muchedumbre sorteando la rutina. Todos están bellamente presentables para el día. Enfocamos nuevamente a Ardio, pero sólo nos centramos en sus ojos. El espejo del alma nos dice que está feliz, que más allá de un día igual a otro, se puede luchar por vivirlo como se pensó sería la mejor de las películas vistas. Entonces nos alejamos y dejamos una visión panorámica del alma de la ciudad. Hay ruido de fondo. Ardio sigue su ritmo con una canción conocida. Lo dejamos. Ardio, que te vaya bien. Fin.
Alik Handru, microcuentista chileno.